Quizá desde una perspectiva meramente estética pudiera molestar un poco la cabeza de carnero que centra la escena, pero ello no quita para que la composición sea excelente y la obra tenga una calidad similar a las de otras obras mejor conocidas de este autor, como puede verse no solo a través de los distintos cacharros de cocina que centran la parte derecha del cuadro, de buen tamaño (68 x 90'8 cm) así como las aves muertas situadas en la parte izquierda, a semejanza de alguna otra obra conocida.
El catálogo de Christies no duda, con el referente citado, en atribuirla a Barranco, y no hay argumentos a priori para pensar lo contrario dado el estilo, a pesar de no hallarse fechado ni firmado, con lo cual sería una referencia más para el breve catálogo de este interesante artista de mediados del siglo XVII.